
Dante en el exilio en un óleo atribuido a Domenico Peterlini (Fuente).
Dante ha pasado a la historia de la literatura con letras mayúsculas como el autor de la Divina Comedia. Sin embargo, menos recordado es que en su última época el poeta florentino fue acusado de corrupción y condenado al exilio perpetuo en 1302, bajo amenaza de ser inmediatamente ejecutado si regresaba a su patria. Ahora, más de setecientos años después, uno de sus descendientes, el astrofísico Sperello di Serego Alighieri, junto con el experto en derecho Alessandro Traversi están intentando anular la injusta sentencia.
Para entender el destino de Dante hay que contextualizar brevemente la compleja situación que vivió Florencia en el siglo XIV. Después de las luchas internas entre los Guelfos, la ciudad estaba dividida en dos facciones: los blancos y los negros. Dante, que pertenecía a los primeros, fue acusado de corrupción cuando los negros tomaron el control de Florencia en 1301. La condena fue de dos años de destierro y de una multa de una gran suma de dinero, 5.000 florines, que como no fue pagada hizo que el poeta fuera condenado al exilio perpetuo.
«Fueron juicios políticos y penas injustas y nunca han sido anluadas como sucedió con Galileo Galilei», afirmó Alighieri al diario Corriere Della Sera. «Por tanto, si las leyes lo permiten, pediremos que se revise». Según el periódico italiano, cualquier sentencia firme puede ser revisada siempre y cuando existan nuevas pruebas que demuestren la inocencia del delincuente, sin que haya un límite de tiempo para solicitarlo, pudiendo hacerlo incluso un heredero del condenado. «Se impusieron dos sentencias a Dante. La primera fue el exilio, la segunda, la muerte y sería interesante entender si teniendo en cuenta los estatutos florentinos de la época y los principios legales vigentes, las dos sentencias podrían podrían ser revisadas», dijo Traversi.
La petición para limpiar el nombre de Dante comenzará con un ciclo de conferencias en mayo, en el que participarán historiadores, lingüistas o abogados. Incluso estará presente Antoine de Gabrielli, el descendiente de Cante de Gabrielli da Gubbio, el funcionario florentino que condenó a Dante. El objetivo es analizar desde diferentes puntos de vista si las sentencias fueron justas, o si, según Traversi, fueron más bien «el fruto envenenado de una estrategia política que usó la justicia para acabar con un oponente».
Ahora bien, no todo el mundo está convencido de la necesidad de revisar la sentencia. Para el periodista Aldo Cazzullo, aunque se pueda considerar necesaria, una absolución tardía no sirve de nada.
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