La lectura es una actividad beneficiosa en muchos sentidos. Cada vez son más los estudios que defienden sus beneficios, tanto en papel como en digital, así como de algunos libros en concreto. Tanto es así que recientemente los médicos británicos han comenzado a preescribir libros a los adolescentes para luchar contra la ansiedad, la depresión y otras dolencias mentales. Sin embargo, la mejora de la salud, ya sea física o psicológica, no es el único provecho que niños y jóvenes pueden obtener del hábito de leer. Un reciente estudio de economistas de la Universidad de Padua, en Italia, demuestra que el contacto con libros a una temprana edad puede hacer que esas personas consigan trabajos con mayores ingresos el día de mañana.
A esta conclusión llegaron después de analizar los datos de casi 6.000 adultos, nacidos en nueve países europeos ‒entre ellos no estaba España‒, de entre 60 y 96 años para comprobar si la educación infantil obligatoria repercutía en un mayor éxito profesional y en un aumento de sus ingresos económicos. Como explica Quartz, sí existe una correlación: de media, los niños que estuvieron un año más en la escuela consiguieron en sus futuro trabajos un 9% más de ingresos.
Pero los investigadores descubrieron un dato muy revelador. Había algo mucho más importante que los años de formación académica: la existencia de libros en el entorno familiar de los niños. En concreto, aquellos que que crecieron con más de diez libros no escolares ‒es decir, de lectura no obligatoria‒ en casa finalmente vieron su sueldo incrementado hasta en un 21%, siendo este factor más determinante que otros que a priori podrían parecer más importantes, como que sus padres fuesen de un nivel socioeconómico más alto y tuvieran trabajos de oficia o que en sus casas existiera agua corriente. De hecho, no importa mucho si esos niños crecieron en un entorno rural o urbano, siempre y cuando tuvieran a su alcance un mínimo de diez libros. A partir de diez libros parecía no haber muchas diferencias entre los encuestados, con independencia de que tuvieran once o doscientos.
El estudio no demuestra que exista una relación de causalidad entre el hecho de criarse con libros y el incremento de salarios pero como dice Guglielmo Weber, uno de los investigadores, «los niños que crecieron en hogares con libros pueden tener más oportunidades de aprender acerca de la vida y del universo, y tener nuevas experiencias a través de los libros. O podría deberse a que los hogares con libros corresponden a familias con nivel cultural y socioeconómico más alto». Es decir, que los libros despiertan la capacidad y la ambición de esos niños, pero también son una señal de que en esa familia existe una puesta en valor del conocimiento o incluso que ya contaban con unos ingresos más altos desde un primer momento.
Lo que está claro es que en un hogar donde se tienda a promover habilidades cognitivas, sociales y emocionales es más probable que los niños alcancen un mayor éxito laboral y económico en la vida. Un tipo de actitud que es más probable que se fomente al contacto con los libros.
Es verdad cuando se trata de leer el acto debe ser motivado nunca obligado