La realidad virtual ha abierto un mundo de posibilidades a una nueva manera de narrar historias. Estamos asistiendo, a pasos agigantados, a una revolución dentro de la industria audiovisual. Gracias a la inmersión que proporciona esta nueva herramienta, el cine, los videojuegos o la televisión están redefiniendo sus reglas, consiguiendo romper en muchos casos con la narrativa lineal. Ahora bien, ¿por qué no expandir el uso de la realidad virtual en el sector cultural más allá de los límites de los medios audiovisuales? ¿Es posible, por ejemplo, utilizar esta tecnología con los libros? En La piedra de Sísifo ya hemos visto que sí. Además de que ya se ha desarrollado un libro enteramente con esta técnica, desde hace años se están probando ya experiencias inmersivas en libros, especialmente con Ulises de Joyce. Imagina la posibilidad de convertirte en Leopold Bloom y poder pasear e interactuar con el Dublín de Joyce.
Pues esto es precisamente en lo que está trabajando la empresa española de realidad virtual Hikaru en colaboración con Léeme TV, proyecto del que ya hemos hablado en alguna ocasión entrevistando a su creadora Irene Rodrigo. Imagina convertirte en Gulliver y pasear por Liliput; explorar, como Jonathan Harker, el castillo del conde Drácula, intentar cazar a Moby Dick en la piel del capitán Ahab, despertar convertido en un insecto gigante y tratar de moverse como si fueras Gregor Samsa o simplemente pasear por la Vetusta de La Regenta, el París de Los Miserables, el Macondo de Cien años de soledad o la Comala de Pedro Páramo?
Productos híbridos como las adaptaciones cinematográficas de libros o los booktrailers ‒solo si tienen calidad‒ demuestran las enormes posibilidades que tiene la combinación de la literatura con los medios audiovisuales. ¿Por qué no incorporar la realidad virtual, que permite llegar más lejos, pudiendo entrar literalmente en los libros y experimentar su trama en primera persona como si el usuario se convirtiera en uno más de los personajes?
De la confluencia de Léeme TV e Hikaru nace Léeme VR, con el objetivo de crear experiencias inmersivas impactantes dentro de los libros para animar a leerlos. Como puede verse en el vídeo de presentación del proyecto, la idea es crear este tipo de experiencias a partir de acontecimientos centrales o representativos de los libros, cortando la inmersión en el momento de máximo clímax, de forma que si el usuario quiere saber cómo continúa la experiencia la única forma que tendrá de saberlo será acudir a la fuente original, es decir, al libro. Aunque la experiencia podría usarse, simplemente, para reproducir el ambiente de una novela y que el posible lector tenga idea de cómo es el libro o para permitir entrar en un relato corto completo, lo que nos podría incitar a leer otros relatos de ese mismo autor. Es un territorio tan virgen que las posibilidades son prácticamente ilimitadas.
Es probable que haya muchos lectores reticentes a este tipo de experiencias ‒los mismos que reniegan de los libros digitales e idolatran por encima de todas las cosas el papel‒, pero personalmente no me cabe ninguna duda de las enormes posibilidades de este tipo de herramientas para cautivar a posibles lectores. ¿Quién iba a pensar hace unos años que veríamos los trailers de libros como algo normal? Estoy seguro de que dentro de poco estaremos más que habitados a encontrarnos con experiencias inmersivas en ferias del libro, presentaciones y toda clase de eventos literarios. Todo sea para engrosar las filas del ejército de lectores.
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