(Alerta de Spoiler)
Las novelas de Harry Potter son conocidas en todo el mundo, con miles de fanáticos esparcidos por el planeta. ¿Y por qué trascendió tanto esta saga literaria? La respuesta a esta pregunta podría resumirse, en mi opinión, en una frase: es una historia perfecta. Básicamente encuadra todos condimentos necesarios para atrapar a los lectores. Claro que las películas han ayudado a difundir este universo mágico, estas propagandas audiovisuales, muy bien realizadas, consiguieron que la gente quisiera ahondar más en la trama y fuera a buscar sus páginas.
Las historias de fantasía generan muchos seguidores, pero no a todos los que les gusta Harry Potter precisamente les gusta la fantasía. Esto se da porque la trama atrapa desde el principio hasta el final, y considero que la clave principal está en los misterios que surgen constantemente, y que se develan a cuentagotas, como las antiguas novelas detectivescas que tan populares eran en el pasado y que nunca pierden vigencia.
Fue acertado de parte de la autora, J.K. Rowling, darle a Harry un origen trágico, un bebé que pierde a su familia y queda al cuidado de unos tíos despreciables. Da un indicio de que le va a costar cada paso que dé en su vida, y que va a tener que aprender sobre la marcha, porque es evidente que no tuvo referentes ni tutores que lo protegiese y aconsejase de una forma adecuada.
Toda buena historia tiene que estar provista de un antagonista que sea superior al protagonista, y en este caso Voldemort se lleva todos los aplausos. Es siniestro por donde se lo mire, sumamente poderoso y esconde secretos tan oscuros y perturbadores que es difícil no quedar atrapados en su misterio. Sin duda una brillante idea de Rowling fue hacer que los personajes le teman hasta pronunciar su nombre, eso le infunde un halo de respeto y temor al mismo tiempo, que a mi juicio logra proyectar en el lector.
Otro condimento indispensable para una buena trama es tener personajes notables. En esto se puede decir que Rowling ha acertado en cada uno de los nombres que plasmó en sus páginas. Por nombrar a algunos, sus dos amigos Hermione y Ron. Ella es brillante, y en definitiva es la principal heroína de la trama, porque prácticamente resuelve todos los conflictos; y él, algo tonto al principio, pero leal y definitivamente buen compañero, que va evolucionando a medida que avanza la historia. También podemos encontrar tantos otros, como el imponente y entrañable Hagrid; el sabio, bondadoso y misterioso Dumbledore; y qué decir del siniestro Snape, que durante la mayor parte de los siete libros creímos que era un villano de primera línea y terminamos entendiendo que era todo lo contrario, y que todas sus acciones correspondían a un amor frustrado.
Las vueltas de tuerca de la saga son sumamente atrapantes, los romances y peleas están a la orden del día. Incluso da los golpes bajos en los momentos justos, porque seguramente todos sentimos un nudo en el estómago cuando muere Dumbledore en el sexto libro, pero es un hecho necesario para dejar completamente desprotegido a Harry en el final, porque es claro que durante la mayor parte de la historia el protagonista está bajo el ala del viejo mago, y tras su desaparición, no le queda más remedio que valerse por sí mismo.
Durante la saga mueren muchos personajes entrañables, porque en toda guerra se pierden seres queridos. Pero hay una hábil jugada de la autora con respecto a la familia Weasley, desde el más grande al más pequeño combaten férreamente junto a Harry, y es difícil pensar que ninguno de ellos va a caer en el camino. Por eso el deceso de Fred es una suerte de premio consuelo, porque tiene a su hermano gemelo que lo sigue representando, un dos por uno por llamarlo de algún modo. La imagen de Fred siempre estará en el rostro de George, y de esta forma no muere. Así sale lo más indemne posible esta familia tan querida.
Para terminar, como toda buena historia tiene un final feliz con un poquito de sabor amargo, porque no existen las situaciones perfectas en las que todos salen ilesos. Los buenos derrotando a los malos en el último minuto, con la última gota de sudor, y con varios personajes quedando en el camino. Rowling le termina dando a Harry lo que él más añora de niño, lo desposó con Ginny para integrarlo a una familia que lo adora, y así cerrar el círculo del camino de héroe.
Si a toda esta saga le queremos dar un marco perfecto, podemos adentrarnos en la historia de la autora, una mujer maltratada por su antiguo esposo, con una bebé a cuestas, que tuvo que pasar por difíciles momentos de pobreza. Y que desgraciablemente pierde a su adorada madre antes de que Harry Potter saliera a la luz. Pero todas esas vicisitudes sin duda delinearon a una escritora que utilizó sus vivencias para proyectar una de las sagas literarias más famosas de la historia.
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