‘Taxi pour noctambules’ (2014), de Xavier Marabout.

El Mashup es una de esas nuevas técnicas que trajo el siglo XX al mundo del arte. Basado en la reapropiación y reutilización de elementos de obras anteriores, este procedimiento no está exento de polémica, porque permite poner en duda conceptos tan asentados en el arte como son el de la autoría o el de la originalidad. Ejemplos hay muchos y uno de los últimos y más sonado fue el del artista francés Xavier Marabout, que a principios de año fue demandado por los herederos de Tintín, la sociedad Moulinsart, por una serie de obras en las que el joven aventurero de Hergé aparece en cuadros de Edward Hopper.

Según el abogado de los herederos de Tintín, la obra de Marabout se aprovecha de la reputación del personaje para «sumergirlo en un universo erótico que nada tiene que ver con el humor». La respuesta que dio Marabout en aquel momento fue que sus montajes están planteados con una intención humorística y paródica. La idea, según su creador, era introducir a un personaje que proviene de un mundo masculino y viril, en el que las mujeres están completamente ausentes de forma intencionada, en el universo intimista y en cierto sentido voyeurista del pintor estadounidense. De esta forma, se demostraba que era posible armonizar, hasta cierto punto, ambas visiones.

Pues bien, el tribunal de Rennes acaba de fallar la sentencia y esta ha sido favorable a Marabout, al aceptar su argumento. Al mismo tiempo, se dictaminó que se ha denigrado al artista al contactar con la galería en la que se exponía su trabajo para pedir que se retirara y se ha obligado a indemnizarle con 10.000 dólares. Según explicó Marabout al periódico The Guardian, «el arte de la parodia fue inventado al mismo tiempo que la democracia, hace 2.000 años en la Antigua Grecia, y en la legislación francesa está totalmente vinculado a la libertad de expresión». El juez, por su parte, comentó que no había confusión posible entre las obras de Hergé y las de Marabout.

Recordemos que desde hacía años Moulinsart demandaba a todas las publicaciones que reproducían imágenes de Hergé sin autorización y que en 2015 interpusieron una demanda a una sociedad holandesa de admiradores del personaje por reproducir elementos de la obra del padre de Tintín. En aquel momento el tribunal de La Haya falló también a favor de la asociación holandesa y dictaminó que la única propietaria de los derechos de imagen de Tintín era la editorial Casterman.

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