Le ha gustado a un 96% de los usuarios de Google y tiene una nota de 8,6 en IMDB.
Hace ya muchos años tuve la suerte de topar con un libro que considero muy interesante por la premisa que planteaba. ¿Y si la inmortalidad pudiese ser alcanzada? ¿Qué coste tendría para la sociedad el poder ocupar un cuerpo más joven de aquel con el que nacimos? ¿Cómo se desenvolvería una cultura similar?
Carbono Alterado (2002) es una novela policial, detectivesca y muy violenta de Richard K. Morgan que transcurre en el futuro de la humanidad, en un tiempo en que es posible hacer precisamente eso: vivir para siempre. Durante 2017 Netflix filmó una serie de 10 episodios de una hora de duración basada grosso modo en la misma historia, y a principios de 2018 podemos acceder a ellos.
El universo de Carbono Alterado
En el futuro, la humanidad ha conquistado una basta red de mundos, de los que varios de ellos aparecen en tanto en el libro como en la serie. Takeshi Kovacs, el protagonista de la historia, nació en Harlan, un planeta dentro de la red del Protectorado de la ONU. Los tipos de abajo son del ejército del Protectorado, al que Kovacs perteneció en el pasado.
A pesar de las enormes distancias entre planetas, a muchos años-luz de distancia unos de otros, la humanidad se las apaña gracias a que la psique de las personas puede ser almacenada en una unidad relativamente extraíble a la que llaman pilas corticales y que se instalan en la base del cráneo cuando la gente cumple el año de edad.
Las pilas son un disco altamente tecnológico que registra todo lo que uno es y que puede ser instalado en la nuca de otra persona. Cuando esto ocurre, esa persona queda “sobreescrita”, y la psique del interior del disco pasa a tomar el control. Esto, por supuesto, trae cambios socioeconómicos importantes.
Los ricos, llamados Mat tanto en la novela como la serie, son capaces de comprar cuerpos de personas para instalar en ellos su pila cortical y, por tanto, vivir virtualmente para siempre, acumulando más y más riquezas en el proceso y perpetuando su poder.
Para algunas personas, los Mat son vistos como dioses debido a la acumulación de poder y longevidad, así como dinero con el que pagar los más caros proyectos tecnológicos. En contrapartida a este movimiento religioso, el neocatolicismo solicita a sus miembros que nunca vuelvan de entre los muertos. Para estas personas, cambiar de cuerpo no es posible debido a su religión, y solo mueren una vez.
Los Mat no. Pueden morir decenas de veces y tener una infinidad de vidas, y los cuerpos están tan devaluados para ellos que reciben el nombre de fundas que se ponen y se quitan a placer. En el inglés original, funda se lee sleeve, que suena de un modo similar a slave (esclavos).
Consigue el cuerpo perfecto sin dietas ni ejercicio. Todos los capítulos de #AlteredCarbon ya disponibles. pic.twitter.com/l03znhqjNA
— Netflix España (@NetflixES) February 2, 2018
Este universo conforma una distopía para la estirpe humana más baja, que se arrastra literalmente a ras de suelo mientras los Mat viven en rascacielos luminosos cerca del cielo. Ese suelo es similar al que vemos en Blade Runner (1982 y 2017): gente apelotonada en calles estrechas y poco iluminadas.
Recuerda en su jerarquía a otros relatos como In time (2011), aunque en Carbono Alterado los ricos pagan directamente por los cuerpos que desean usar. E incluso se pueden hacer clones (aunque estos son ilegales). Por la creación de este universo, Richard K. Morgan ganó el premio Philip K. Dick en 2003.
Altered Carbon, la serie de Netflix, extremadamente violenta
La serie abre con las siguientes palabras en voz en off, y son importantes a lo largo de todos los capítulos:
Para empezar, nada es lo que parece. No hagas suposiciones. No te fíes de nada. De lo que veas, lo que oigas, lo que te cuenten, lo que creas recordar.
En líneas muy generales, sigue el argumento original del libro en tanto a la acción, aunque por supuesto hay discrepancias. El libro en castellano tiene 475 páginas y la serie ocupa 10 horas de contenido relativamente denso, por lo que es obvio la serie ha ido añadiendo historias secundarias y tramas.
La serie también ha retirado parte del contenido del libro (no mucho) y ha modificado algunos aspectos poco importantes, como la apariencia de alguno de los personajes. Es una de las pocas adaptaciones al “cine” que no me ha decepcionado, ya que conservan gran parte del contenido original.
Además, los guionistas de la serie y la dirección han sabido captar el espíritu que Richard K. Morgan había dado al libro. No resulta sencillo escribir una historia en la que el protagonista y algunos de los personajes principales han nacido en siglos anteriores, y mucho menos coger esa historia escrita y llevarla a un guion cinematográfico y que siga conservando el mismo ambiente enrarecido que se le dio en primer lugar.
También han sabido adaptar bien los giros del argumento, que se suceden de un modo muy similar al del libro, aunque en este caso lo han tenido más fácil (y hasta aquí se puede leer sin desvelar nada).
Sobre los actores, es notable la caracterización de cada uno de ellos con un poco de maquillaje y mucha voluntad, destacando especialmente al protagonista. Este, en no pocos momentos de la serie, puede llegar a dar suficiente miedo como para que se dude de si sus intenciones son buenas o no. El gris le queda bastante bien.
Magnífica idea la de inundar toda la temporada con un humor un tanto absurdo y bastante macabro. En la escena de arriba, el protagonista acaba de matar a decenas de personas (no, no os diremos a quienes) y sale del edificio paseando tranquilamente llevando en su hombro izquierdo una mochila infantil rosa en la que se lee… ¡Hello Unicorn! La serie hará las delicias de las personas con humor.
Ya advierto que no está hecha para timoratos. La violencia (como en el libro) es notablemente explícita. En la primera escena veremos violencia, así como en la segunda, y a lo largo de todos y cada uno de los capítulos. Pensemos que los cuerpos, fundas o sleeves son casi de usar y tirar, y llevemos ese razonamiento al extremo.
Eso sí, escenas calificables como gore no creo que haya ninguna, en ese sentido han sido más recatados que en el libro, en el que la sangre y las tripas corren con mucha más frecuencia.
En líneas generales me quedo con el las cifras con las que he abierto: le ha gustado a un 96% de los usuarios de Google y tiene una nota de 8,6 en IMDB. Por algo será.
Libro original | Serie Altered Carbon
Sería buena idea pasar las notas a un revisor de estilo primero, tres párrafos seguidos comienzan con «Eso sí».
Buenas tardes, Steven, muchas gracias por el consejo. Me temo que cambié demasiadas veces el texto, y después de la siesta, nada menos. Hipermetropía redactora. Un abrazo.
Siempre hay un «alma caritativa» que corrige a los demás y no aporta nada constructivo … nada eso
Gracias por el apoyo, Bellanapoli 🙂